sábado, 22 de noviembre de 2014

Miedo a no ser yo

Monigote en la arena
Cuento de Laura Devetach


La arena estaba tibia y jugaba a cambiar de colores cuando la soplaba el viento. Laurita apoyó la cara sobre un montoncito y le dijo:
—Por ser tan linda y amarilla te voy a dejar un regalo —y con la punta del dedo dibujó un monigote de seda y se fue.
Monigote quedó solo, muy sorprendido. Oyó como cantaban el agua y el viento. Vio las nubes acomodándose una al lado de la otra para formar cuadros pintados. Vio las mariposas azules que cerraban las alas y se ponían a dormir sobre los caracoles.
—Hola —dijo Monigote, y su voz sonó como una castañuela de arena.
El agua lo oyó y se puso a mirarlo encantada.
—Glubi glubi, monigote en la arena es cosa que dura poco —dijo preocupada y dio dos pasos hacia atrás para no mojarlo—. ¡Qué monigote más lindo, tenemos que cuidarte!
—¿Qué? ¿Es que puede pasarme algo malo? —preguntó Monigote tirándose de los botones como hacía cuando se ponía nervioso.
—Glubi glubi, monigote en la arena es cosa que dura poco —repitió el agua, y se fue a avisar a las nubes que había un nuevo amigo pero que se podía borrar.
—Flu flu —cantaron las nubes—, monigote en la arena es cosa que dura poco. Vamos a preguntar a las hojas voladoras cómo podemos cuidarlo.
Monigote seguía tirándose los botones y estaba tan preocupado que ni siquiera probó los caramelitos de flor de durazno que le ofrecieron las hormigas.
—Crucri crucri —cantaron las hojas voladoras—. Monigote en la arena es cosa que dura poco. ¿Qué podemos hacer para que no se borre?
El agua tendió lejos su cama de burbujas para no mojarlo. Las nubes se fueron hasta la esquina para no rozarlo. Las hojas no hicieron ronda. La lluvia no llovió. Las hormigas hicieron otros caminos.
Monigote se sintió solo solo solo.
—No puede ser —decía con su vocecita de castañuela de arena—, todos me quieren pero porque me quieren se van. Así no me gusta.
Hizo "cla cla cla" para llamar a las hojas voladoras.
—No quiero estar solo —les dijo—, no puedo vivir lejos de los demás, con tanto miedo. Soy un monigote de arena. Juguemos, y si me borro, por lo menos me borraré jugando.
—Crucri crucri —dijeron las hojas voladoras sin saber qué hacer.
Pero en eso llegó el viento y armó un remolino.
—¿Un monigote de arena? —silbó con alegría—. Monigote en la arena es cosa que dura poco.
Tenemos que hacerlo jugar.
"Cla cla cla", hizo Monigote porque el remolino era como una calesita.
Las hojas voladoras se colgaron del viento para dar vueltas.
El agua se acercó tocando su piano de burbujas.
Las nubes bajaron un poquito, enhebradas en rayos de sol.
Monigote jugó y jugó en medio de la ronda dorada, y rió hasta el cielo con su voz de castañuela.
Y mientras se borraba siguió riendo, hasta que toda la arena fue una risa que juega a cambiar de colores cuando la sopla el viento.



¿Qué tiene que ver este cuento conmigo?

Hace tiempo leí este cuento en una página de psicología de Facebook. Lo primero que pensé es: ¡qué importante debe ser para la escritora la posibilidad de estar con otros, que a través de esta historia nos enseña que no vale la pena vivir si no puedes tener a tus amigos cerca! Una idea imposible para un esquizoide.

Cuando lo leí comenté lo que sigue (en ese tiempo estaba yendo a terapia):

Leí que los esquizoides no buscan vínculos estrechos con los demás porque intuyen que se perderán a sí mismos en esa relación. Como el monigote del cuento su "yo" es frágil y desaparecería con la interacción social.
Cuando lo leí dije: "Yo soy esquizoide pero no pienso así". Sin embargo ahora que estoy haciendo terapia y considero la posibilidad de ser más sociable, me doy cuenta que tengo miedo de perder mi identidad. Hace unos años tuve una crisis de identidad, no sabía quién era, qué me gustaba o qué creía que me gustaba, qué era capaz de tolerar, qué quería de mi vida. Después de autoexaminarme por varios meses descubrí que una de las constantes en mi vida, algo que me definía era precisamente ser esquizoide. Por eso si dejara de actuar con el estilo esquizoide, dejaría de ser lo que soy para ser
otra cosa, dejar de ser significa dejar de existir, dejar de existir es morir. Aunque en este morir renazca de otra forma da miedo... mucho miedo.
El monigote podía arriesgarse a dejar de ser monigote y convertirse en un remolino de arena porque le gustaba jugar y en cambio no le gustaba la soledad. Pero, ¿qué incentivo puede tener alguien que se caracteriza por la apatía? ¿de dónde sacar fuerzas para acercarse a los demás cuando es algo que no me gusta y si además siento que eso me producirá otra crisis de identidad?


Al volver a leerlo surgieron nuevas ideas y revisé lo que dije entonces. Creo que mi interpretación sobre lo que sentía era cierta (realmente en mi inconsciente tenía miedo de cambiar como si mi vida estuviera en riesgo), pero es un razonamiento errado: dejar de ser no significa dejar de existir sino dejar de consistir, sigo existiendo pero con otra forma, con otra sustancia, o con otro propósito. El tema entonces es identificar hasta qué punto ser esquizoide me define. Podría compararlo con mi cuerpo: puedo decir que yo soy este cuerpo que tengo, pero soy más que eso, incluso mi cuerpo va cambiando (deja de ser lo que era) pero yo sigo existiendo, necesito un cuerpo para vivir pero no es necesario que mi cuerpo sea siempre igual (incluso eso es imposible).
De manera similar, tengo una personalidad que se caracteriza por ser esquizoide, pero puede evolucionar y seguiré existiendo. No puedo esperar que cambie drásticamente, con las experiencias vividas a lo largo del tiempo se irá modificando, pero conservará sus rasgos distintivos.

Esta vez al leer el cuento me hizo recordar la frase sobre "hacer castillos de arena" o "hacer castillos en el aire" que habla de soñar más que hacer planes, dejar que la imaginación nos engañe al imaginar escenarios futuros sin base sólida. Relacionándolo con el tema de la identidad, se me ocurrió pensar: ¿Qué tan real es la imagen que tenemos de nosotros mismos? ¿la chequeamos? (los esquizoides como no recibimos feedback de los demás no sabemos bien cómo nos ven los otros) ¿Qué seguridad tenemos de que al enfrentarnos a una crisis no nos haremos pedazos? ¿O cómo saber si el monigote es una circunstancia pero su esencia no es más que arena, que trató de diferenciarse tomando un rasgo y basando en él su identidad? Debajo del monigote había solo arena, ¿qué hay debajo de la máscara esquizoide?

9 comentarios:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Yo también soy esquizoide solo que no a un grado alto; realmente no soy ni me considero asexual. Lo que me intriga es si, al igual que yo, demuestra algún interés por algunos cosas académicas; a mi por ejemplo me gusta mucho la matemática, la física; y el conocimiento en general.

topopc dijo...

Hola John PC, recién veo tu comentario.
Siempre me gustó estudiar. De hecho cursé varias carreras. Pero después de tener un surmenage dejé de comprar libros y hacer cursos, incluso abandoné un postítulo. Es como si mi mente estuviera siempre cansada. Mi memoria tampoco es la misma.
Actualmente no me puedo considerar una persona intelectual porque me encerré a tal punto en mi propio mundo que no veo las noticias (no tengo TV), no leo diarios ni revistas, no escucho radio, ni sigo las noticias por Internet. Pero leo mucho como una forma de escapismo: libros de ciencia ficción y fantasía.
Me apasionaba la programación, pero cuando quise aprender nuevos lenguajes vi que me resultaba demasiado esfuerzo.

Maria dijo...

Que fue de ti?
Lindo todo lo que has escrito, tuve un caso de una chica que concurrió al estudio porque queria divorciars, no porque no lo amara sino porque sufria mucho con el.
Jamás se divorciaron, durante el proceso, luego de haber tenido varias entrevistas con ambos, pidieron ayuda psicológica, el era esquizoide. Continuan juntos.

Unknown dijo...

Hola, muchas gracias por tu blog y por compartir tus experiencias. Creo que a todos los que tenemos rasgos esquizoides nos hace muy bien poder expresarnos y "aparecer en el mundo".
Respecto a la pregunta de ¿qué hay debajo de la máscara esquizoide? yo diría... "pulso vital, corrientes vitales placenteras congeladas en un cuerpo que teme sentir esa intensidad, posibilidad de vincularse desde lo profundo de la mirada, desde el corazón, un amor capaz de comprender el sufrimiento profundo del otro,sonrisas y risas que esperan ser compartidas, y una gran ternura, sensibilidad y creatividad". Y mucho más...

topopc dijo...

Hola María, gracias por escribir y decir que te parece lindo todo lo que escribí.
¿Qué fue de mí? Hace un par de años empecé a soltar las emociones. La primera vez que me reí a carcajadas (estando en soledad y la seguridad de mi hogar), como siempre que ocurría un fenómeno tan inusual, traté de recordar cuántos años hacía que me había reído por última vez.
Pero luego se volvió tan frecuente, que después de unos meses dejé la costumbre de recordar la última ocasión que me había reído.
Como era de esperar también aparecieron emociones negativas. Las más frecuentes son la ansiedad y el temor.
La mayoría de las personas aprende a manejar sus emociones en la niñez. Yo estoy aprendiendo. De vez en cuando sufro alguna crisis aspie cuando hay muchos estímulos sensoriales, o mucha gente alrededor enojada o riendo o queriendo hablar conmigo. Entonces comienzo a balancearme mientras intento ignorar lo que sucede alrededor.
Todavía no siento interés en tener amigos u otro tipo de relación afectiva. Estar con otros, anteriormente me aburría. Ahora en ocasiones me aburre y otras veces me resulta muy irritante.

topopc dijo...

Hola Laura Vida
Cuando abrí este blog estaba en una etapa en la que sentía la necesidad de que los demás entendieran qué significa ser esquizoide. Me molestaba la falta de información y sobre todo la desinformación. Tanta gente que confundía a los esquizoides con esquizofrénicos o esquizotípicos.
Después de un tiempo, me ganó la anhedonia. No tenía voluntad para dedicar tiempo al blog y lo dejé.

kika dijo...

Hola topopc, encontré tu blog ayer, estoy bastante segura que mi esposo es esquizoide, apenas nos casamos hace 11 meses y la relación cambio por completo, nuestra relación siempre fue a distacia, pero cuando nos casamos nos fuimos a vivir juntos y allí empezó mi calvario, distanciamiento, falta de trabajo, falta de comprensión entre ambos y falta de intimidad. Cuando aun no sabia que era esquizoide intente que fuera al psicólogo por depresión, pero el no tiene interés en que le ayuden. Mi matrimonio esta en la cuerda floja, para mi es sumamente difícil estar en esta situación, y ahora entiendo que para el debe de ser mas que difil vivir con otra persona (en este caso conmigo). Por lo que ahora me pregunto, es posible vivir un matrimonio pleno con una persona esquizoide? Es un dilema moral mas que todo, ya casi llegaba al punto de pedir el divorcio, cuando me entere de esto....es tan agotador....