lunes, 27 de enero de 2014

Trayendo un poco de claridad (3ra y última parte)

Para quien tenga dudas sobre si es o no esquizoide, transcribo la siguiente guía de la página http://www.esquizoide.net que es un sitio especializado en el tema, para mí el mejor.


Tipos de problemas de relación

Si tienes un fuerte problema de relación social y dudas a la hora de adscribirte a una determinada clasificación, prueba con esta breve guía.

ESQUIZOIDE Solitario, indiferente, distante, apático, aburrido, frío. Sin amigos. Desvinculado de todos. No disfruta de las relaciones personales y apenas de alguna actividad.
EVITATIVO Ansiedad anticipatoria patológica en relaciones sociales. Hipersensible a las críticas. Se siente inferior, fracasado, poco atractivo, inepto. Desea ser sociable pero no puede.
ESQUIZOTIPICO Mezcla realidad y fantasía. Creencias extrañas. Distorsiones cognitivas y perceptivas. Excéntrico. Relaciones sociales = ansiedad, por temores de tipo paranoide. Pensamiento y lenguaje, raros.
FOBIA SOCIAL Temor persistente por situaciones sociales que provocan ansiedad. Miedo hablar en público. Preocupación por ruborizarse, sudar, palpitaciones. Miedo a ser evaluado. Teme que se note su ansiedad.
ASPERGER Falla en el lenguaje no verbal : expresión facial, posturas, gestos. Alguna preocupación absorvente anormal. No comparte disfrutes, intereses. Sin reciprocidad emocional. Rutinas no funcionales. Movimientos estereotipados.

Divergencias Esquizoide-Evitativo

EN TEORÍA se pueden establecer con claridad las divergencias entre esquizoides y evitativos: Las podemos encontrar especialmente en los tipos puros.
EN LA VIDA REAL cada individuo tiene su propio perfil con rasgos que a veces se mezclan entre evitativos y esquizoides.

CONVERGENCIAS:
- Ambos son grandes solitarios

DIVERGENCIAS:
- En las relaciones sociales los esquizoides sienten indiferencia, los evitativos, ansiedad.
- Los esquizoides no desean las relaciones sociales, los evitativos, sí.
- Los esquizoides no sostienen ideaciones especiales, los evitativos se consideran ineptos, inferiores y temen ser humillados.
- Los esquizoides son pasivos, los evitativos son activos.
- Los esquizoides son indiferentes a las alabanzas y críticas, los evitativos son muy sensibles a las mismas.


Algunos test gratuitos en Internet

Test de timidez: http://www.cepvi.com/Test/clinicos/timidez.htm
Test de timidez: http://quo.mx/2012/04/03/plus/test-que-tan-timido-eres
Test de extroversión/introversión: http://www.cepvi.com/Test/clinicos/extroversion.htm
Test de ansiedad: http://www.cepvi.com/Test/clinicos/ansiedad.htm
Test Dass 21 (depresión, ansiedad, estrés): http://psicologo-especialista-barcelona.com/test/depresion_ansiedad_estres.html
Test de fobia social: http://www.cepvi.com/Test/clinicos/test_fobia_social.htm
Inventario de Fobia Social de Davidson: http://www.ayudapsicologica.org/test/test-ansiedad/74-inventario-fobia-social.html
Test de fobia social: http://www.onmeda.es/test/test_de_la_fobia_social.html
Test de miedo a la evaluación negativa (este test complementa al de fobia social): http://www.cepvi.com/Test/clinicos/test_eval_negativa.htm
Test SAD (Watson y Friend, 1969) Escala de ansiedad y evitación social: http://psicologo-especialista-barcelona.com/test/test_fobia_social.html
Otro test SAD: http://www.ayudapsicologica.org/test/test-ansiedad/288-escala-de-malestar-y-evitacion-social-sads.html
Test trastornos de la personalidad: http://www.testdepersonalidad.info
Test de autoevaluación esquizoide: http://www.esquizoide.net/tests.html
Escala Revisada de Anhedonia Social (desinterés social): http://espectroautista.info
Evaluador de Asperger en Adultos: http://espectroautista.info/tests/espectro-autista/adultos/AAA
Test Infantil del Síndrome de Asperger: http://espectroautista.info/tests/espectro-autista/infantil/CAST

domingo, 19 de enero de 2014

¿La soledad es nuestra prisión o nuestro refugio?

La Casa de Asterión
de Jorge Luis Borges



Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito) están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aquí ni el bizarro aparato de los palacios, pero sí la quietud y la soledad. Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la Tierra. (Mienten los que declaran que en Egipto hay una parecida.) Hasta mis detractores admiten que no hay un solo mueble en la casa. Otra especie ridícula es que yo, Asterión, soy un prisionero. ¿Repetiré que no hay una puerta cerrada, añadiré que no hay una cerradura? Por lo demás, algún atardecer he pisado la calle; si antes de la noche volví, lo hice por el temor que me infundieron las caras de la plebe, caras descoloridas y aplanadas, como la mano abierta. Ya se había puesto el Sol, pero el desvalido llanto de un niño y las toscas plegarias de la grey dijeron que me habían reconocido. La gente oraba, huía, se prosternaba; unos se encaramaban al estilóbato del templo de las Hachas, otros juntaban piedras. Alguno, creo, se ocultó bajo el mar. No en vano fue una reina mi madre; no puedo confundirme con el vulgo, aunque mi modestia lo quiera. El hecho es que soy único. No me interesa lo que un hombre pueda transmitir a otros hombres; como el filósofo, pienso que nada es comunicable por el arte de la escritura. Las enojosas y triviales minucias no tienen cabida en mi espíritu, que está capacitado para lo grande; jamás he retenido la diferencia entre una letra y otra. Cierta impaciencia generosa no ha consentido que yo aprendiera a leer. A veces lo deploro, porque las noches y los días son largos.
Claro que no me faltan distracciones. Semejante al carnero que va a embestir, corro por las galerías de piedra hasta rodar al suelo, mareado. Me agazapo a la sombra de un aljibe o a la vuelta de un corredor y juego a que me buscan. Hay azoteas desde las que me dejo caer, hasta ensangrentarme. A cualquier hora puedo jugar a estar dormido, con los ojos cerrados y la respiración poderosa. (A veces me duermo realmente, a veces ha cambiado el color del día cuando he abierto los ojos). Pero de tantos juegos el que prefiero es el del otro Asterión. Finjo que viene a visitarme y que yo le muestro la casa. Con grandes reverencias le digo: "Ahora volvemos a la encrucijada anterior" o "Ahora desembocamos en otro patio" o "Bien decía yo que te gustaría la canaleta" o "Ahora verás una cisterna que se llenó de arena" o "Ya verás cómo el sótano se bifurca". A veces me equivoco y nos reímos buenamente los dos.
No sólo he imaginado esos juegos; también he meditado sobre la casa. Todas las partes de la casa están muchas veces, cualquier lugar es otro lugar. No hay un aljibe, un patio, un abrevadero, un pesebre; son catorce [son infinitos] los pesebres, abrevaderos, patios, aljibes. La casa es del tamaño del mundo; mejor dicho, es el mundo. Sin embargo, a fuerza de fatigar patios con un aljibe y polvorientas galerías de piedra gris he alcanzado la calle y he visto el templo de las Hachas y el mar.
Esto no lo entendí hasta que una visión de la noche me reveló que también son catorce [son infinitos] los mares y los templos. Todo está muchas veces, catorce veces, pero dos cosas hay en el mundo que parecen estar una sola vez: arriba, el intrincado Sol; abajo, Asterión. Quizá yo he creado las estrellas y el Sol y la enorme casa, pero ya no me acuerdo.
Cada nueve años entran en la casa nueve hombres para que yo los libere de todo mal. Oigo sus pasos o su voz en el fondo de las galerías de piedra y corro alegremente a buscarlos. La ceremonia dura pocos minutos. Uno tras otro caen sin que yo me ensangriente las manos. Donde cayeron, quedan, y los cadáveres ayudan a distinguir una galería de las otras. Ignoro quiénes son, pero sé que uno de ellos profetizó, en la hora de su muerte, que alguna vez llegaría mi redentor.
Desde entonces no me duele la soledad, porque sé que vive mi redentor y al fin se levantará sobre el polvo. Si mi oído alcanzara todos los rumores del mundo, yo percibiría sus pasos. Ojalá que me lleve a un lugar con menos galerías y menos puertas. ¿Cómo será mi redentor?, me pregunto. ¿Será un toro o un hombre? ¿Será tal vez un toro con cara de hombre? ¿O será como yo?

El Sol de la mañana reverberó en la espada de bronce. Ya no quedaba un vestigio de sangre.
– ¿Lo creerás, Ariadna? – dijo Teseo -. El minotauro apenas se defendió.



Reflexiones sobre el cuento

Lo que me gusta de este cuento es que se puede hacer muchas lecturas de esta historia.

Puede tomarse como una metáfora de la antítesis entre la manera en que nos percibimos a nosotros mismos y la manera que nos ven los demás. He leído opiniones que dicen que los esquizoides somos egocéntricos, quizás tengan razón en el sentido que pasamos mucho tiempo enfocados en nosotros mismos, y también en muchos casos nos cuesta ponernos en el lugar de los otros al analizar el mundo circundante. No estoy diciendo que lleguemos al extremo de Asterión que tenía un egocentrismo de tipo infantil, al pensar que quizás fuera el creador de las estrellas y el sol. Pero sí debemos admitir que es difícil ser objetivos al analizarse a uno mismo y quizás por ese "orgullo esquizoide" no veamos nuestros defectos o lo consideremos virtudes. Tampoco podemos darle la razón a los demás simplemente por ser mayoría, pues la mayoría no siempre tiene la verdad, además en general no nos conocen lo suficiente para hacer una crítica acertada. ¿Somos monstruos o víctimas por ser diferentes? ¿Tenemos elección de ser diferentes o integrarnos?

Otro tema que surge es que nuestro hogar puede ser nuestra cárcel o que podemos convertir nuestra cárcel en un hogar. Hay cosas que no elegimos, se nos dan, como el laberinto al minotauro. Sin embargo, la manera en que las asumimos, los sentimientos que nos provocan es asunto nuestro. Podemos aceptarlas, negarlas, rechazarlas o tratar de cambiarlas, es nuestra decisión. ¿El laberinto era la cárcel o el refugio de Asterión? Aquí planteo la duda sobre el autoconvencimiento de que es mejor resguardarnos en nuestro territorio, que vivimos encerrados porque lo elegimos, que nuestro mundo no es tan limitado como los demás pretenden "La casa es del tamaño del mundo; mejor dicho, es el mundo"

Por otro lado, tenemos el tema de la soledad, la libertad, el miedo a enfrentarse con otros. ¿Nos creemos más débiles de lo que somos? ¿Es una necedad enfrentarse al resto del mundo cuando nos ven diferentes y temibles?

Podríamos también ver al laberinto como nuestro mundo interior y a Asterión como las emociones reprimidas.

Aparece además el tema de la muerte como una redención. Es frecuente entre esquizoides plantear el tema del suicidio o la muerte en general ¿Será porque nuestro estilo de percibir el mundo nos lleva a no encontrarle sentido? ¿O tendrá algo que ver con las emociones aplanadas, que nos permite pensar fríamente los asuntos que a otros les causa sentimientos difíciles de manejar? ¿Habrá algo de verdad en que la vida solitaria es menos vida?

Dejo a los lectores la puerta abierta para opinar y pensar otras interpretaciones y conexiones con nuestro mundo esquizoide.

martes, 14 de enero de 2014

Darse Cuenta

Del libro "Cuentos para pensar" de Jorge Bucay




Me levanto una mañana,
salgo de mi casa,
hay un pozo en la vereda,
no lo veo,
y me caigo en él.

Día siguiente...
salgo de mi casa,
me olvido que hay un pozo en la vereda,
y vuelvo a caer en él.

Tercer día,
salgo de mi casa tratando de acordarme
que hay un pozo en la vereda,
sin embargo
no lo recuerdo,
y caigo en él.

Cuarto día,
salgo de mi casa tratando de acordarme
del pozo en la vereda,
lo recuerdo,
y a pesar de eso,
no veo el pozo
y caigo en él.

Quinto día,
salgo de mi casa,
recuerdo que tengo que tener presente
el pozo en la vereda
y camino mirando el piso,
y lo veo
y a pesar de verlo,
caigo en él.

Sexto día,
salgo de mi casa,
recuerdo el pozo en la vereda,
voy buscándolo con la vista,
lo veo,
intento saltarlo,
pero caigo en él.

Séptimo día,
salgo de mi casa
veo el pozo,
tomo carrera,
salto,
rozo con la puntas de mis pies el borde
del otro lado,
pero no es suficiente y caigo en él.

Octavo día,
salgo de mi casa,
veo el pozo,
tomo carrera,

salto,
llego al otro lado!
Me siento tan orgulloso de haberlo
conseguido,
que festejo dando saltos de alegría...
y al hacerlo, caigo otra vez en el pozo.

Noveno día,
salgo de mi casa,
veo el pozo,
tomo carrera,
lo salto,
y sigo mi camino.

Décimo día,
me doy cuenta
recién hoy
que es más cómodo
caminar...
por la vereda de enfrente.

A propósito de los esquizoides y los "pozos" en nuestro camino

Cuando leí este cuento no pude evitar pensar cuántas veces en mi vida volví a cometer el error de querer andar por la vereda de los "normales" (personas sociables y sensibles), sin darme cuenta que corría el riesgo de caerme otra vez en el pozo. Es que este pozo en particular no era un peligro para los demás, los cuales podían andar por encima de él sin caerse.

Me refiero al pozo de la ansiedad social, inhibición o simplemente malestar provocado por la presencia de "los otros". Sí, ese sentimiento de inadecuación que surge al estar con esos seres extraños, ruidosos, temperamentales, charlatanes, con la manía de invadir mi espacio personal sin darse cuenta siquiera de su falta de cortesía.

Así que día tras día, volvía por esa vereda ensayando mis saltos, preparándome para tomar carrera y darme impulso, felicitándome de mis logros para inmediatamente volver a caer... Mientras los demás no entendían qué me pasaba.

Hasta que un día me di cuenta que había otra vereda. Se podía llegar al mismo destino por esta acera solitaria, saludando de lejos a los demás que transitaban aquella vereda concurrida.

Trayendo un poco de claridad (Segunda parte)

¿SOY ESQUIZOIDE, TENGO FOBIA SOCIAL, O SÍNDROME DE ASPERGER?

El término esquizoide es poco conocido, por eso creí necesario en un blog sobre esquizoides aclarar el panorama diferenciándolo de otros conceptos.

¿Estar con otras personas te causa ansiedad?
Es normal que la gente sienta cierta ansiedad cuando tiene que hablar con una persona por la que se siente atraída, o ante una entrevista de trabajo o al hablar en público. Si al conocer gente nueva o estar con mucha gente tienes ansiedad, pero es un simple malestar o con síntomas leves probablemente se trate de timidez. Los problemas de los que hablamos aquí son más serios y persistentes.
Lo que tienen en común todas estas afecciones, es que la persona que las padece siente malestar ante las situaciones sociales. Para distinguirlas hay que hacerse algunas preguntas más.


¿Te gustaría tener vida social?
Si la respuesta es sí, pero evitas las situaciones sociales porque te aparecen sensaciones de ansiedad, angustia, taquicardias, ganas de vomitar, etc... puede tratarse de fobia social.
Si en cambio, el malestar es simplemente disgusto y agresividad cuando tienes que estar con gente, es posible que seas esquizoide.
El fóbico social es hipersensible y desea sociabilizarse pero no puede por miedo al rechazo. El esquizoide no quiere tener vida social, no le gusta, además no tiene emociones intensas y en los casos severos es prácticamente incapaz de sentir nada.
El esquizoide es feliz cuando está solo, la suya es una soledad buscada. El fóbico está solo por su miedo social, pero no es feliz en su soledad. Cuando está solo se siente bien porque no se presentan los síntomas, pero el deseo de contacto social lo vuelve desdichado.
La clave de la fobia social es el temor exagerado a quedar en ridículo o dar la sensación de inseguridad delante de otros o presentar síntomas visibles de ansiedad. Los afectados siempre tienen miedo a ser juzgados por los demás: ¿qué pensarán los demás de mí? ¿por qué he de hablar, si lo que diga será para ellos una tontería? En conclusión vive pendiente de los demás.



¿Tienes problemas con el lenguaje no verbal?
Si te cuesta captar el sarcasmo, o tienes dificultades para producir fluidamente el lenguaje no verbal es posible que padezcas del Síndrome de Asperger. Claro que al existir muchos grados, hay aspies que no tienen estos problemas. Otra característica habitual del Síndrome de Asperger es el problema para procesar dos estímulos a la vez.
Los esquizoides en general no tienen problema para comunicarse, aunque suelen tener poca habilidad social por su escasa interacción con otros.
El Síndrome de Asperger se encuentra dentro del espectro autista, pero es mucho más leve.

Según los criterios DSM IV una característica de los esquizoides es que "disfruta con pocas o ninguna actividad, mientras que en el Trastorno de Asperger se observa la persecución continua de un interés concreto, que envuelve a un tema por el que el individuo muestra una gran dedicación y a la que dedica exorbitantes cantidades de tiempo acumulando información y hechos.
Contrariamente al síndrome de Asperger, el trastorno esquizoide de la personalidad no implica ningún impedimento en la comunicación no verbal (ej. falta de contacto visual o entonación inusual) o patrones de intereses restringidos o comportamientos repetitivos (ej. adherencia estricta a rutinas o rituales, intereses inusualmente intensos en un único tema). Por el contrario, las personas con personalidad esquizoide son típicamente más indiferentes respecto a sus actividades. El trastorno esquizoide de la personalidad no afecta la capacidad de expresarse o comunicarse eficazmente con otros, y no se considera relacionado con ningún tipo de autismo"
.


Para terminar...
Transcribo una explicación que encontré en www.fobiasocial.net. Los ejemplos están llevados al extremo, así que tómenlos con humor:

Imagina una fiesta donde todo el mundo parece estar pasándolo bien excepto tres personas:

1.- El que padece de Trastorno de la Personalidad Evitativo reconoce que todo el mundo se divierte y desearía integrarse y ser aceptado por todos pero su sentimiento de inadecuación, baja autoestima y ansiedad ante la posibilidad de ser rechazado y/o ridiculizado lo apartan del resto. Puede incluso acabar por convencerse a sí mismo de que está apartado de los demás por deseo propio, superioridad, etc.

2.- El esquizoide ve a todo el mundo divertirse y le da exactamente lo mismo, no tiene ningún deseo de interactuar ya que no obtiene ninguna recompensa emocional de su interacción con los demás. Aún en el caso de que todos lo admirasen y se pegasen por hablar con el, estaría en medio de la fiesta con la misma actitud aburrida con que podría estar en la cola del paro.

3.- El asperger a duras penas puede reconocer que la gente a su alrededor se está divirtiendo, tiene dificultades con la comunicación no verbal y no capta las indirectas ni insinuaciones típicas en estos ambientes. Si la música está suficientemente alta como para impedir la comunicación verbal, el asperger estará tan perdido como un pulpo en un garaje.



(De elaboración propia con información sacada del foro www.fobiasocial.net)